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Los sabores exóticos de todo el mundo son el tipo de cosas que me hacen agarrar mi mochila y salir sin pensarlo dos veces.

En serio, ¿alguna vez te has parado a pensar cuánto puede decir la comida sobre un lugar?

Es como si cada bocado trajera un trocito de historia, de cultura e incluso del alma de un pueblo.

En este artículo quiero llevarte conmigo en un viaje gastronómico que va desde las especias picantes de Asia hasta las crujientes sorpresas de África, pasando por las intensas delicias de América Latina y mucho más.

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Si a ti, como a mí, te encanta viajar y probar las cosas más diferentes que el mundo tiene para ofrecer, ven conmigo. ¡Te prometo que será una aventura que dejará a tu paladar pidiendo más!

¿Qué hace que un sabor sea “exótico”?

Antes de comenzar el viaje, déjame contarte qué es lo que, para mí, hace que Exotic Flavors Around the World sea tan especial.

No se trata solo de ingredientes extraños o platos que nunca hayamos visto antes, aunque esa es una gran razón para participar.

Se trata más bien de cómo estos alimentos transmiten una atmósfera única, algo que no se puede encontrar en cada esquina.

Cuando pruebo un plato nuevo, siento que estoy hablando con la persona que lo creó, ¿sabes?

Y como tienes un blog de viajes, apuesto a que habrás notado cómo estas historias de comida enganchan a los lectores. ¡Es una forma de viajar sin moverte de tu escritorio!

Asia: donde las especias hablan alto

Empecemos por Asia, porque, ¡mira!, ¡este continente está repleto de sabor!

En Tailandia, me enamoré de Tom Yum.

Imagina una sopa caliente, con ese aroma a limoncillo y un toque picante de pimienta que te hace picar la nariz: es agria, picante y dulce al mismo tiempo.

¡Una buena locura! Ya en la India, la Biryani Me conquistó con ese arroz fragante, mezclado con carne y especias que parecen bailar en la boca. Se puede sentir el cuidado en cada grano.

Pero no todo es fácil de afrontar. En Japón me enfrenté a la natto – una soja fermentada que parece baba y tiene un olor fuerte.

Confieso que me costó coraje, pero después de probarlo entendí por qué a los japoneses les encanta.

¿Qué pasa con Filipinas? Allí experimenté la Balut, un huevo de pato con el embrión dentro.

Suena como algo sacado de una película, pero el sabor es intenso y, de alguna extraña manera, bastante sabroso. Asia es así: te desafía y te encanta a partes iguales.

África: Sabores que cuentan historias

Luego salté a África, ¡y qué agradable sorpresa fue esa parte del viaje!

En Etiopía, me senté con un grupo de lugareños a comer. injera, un pequeño pan esponjoso que parece un panqueque gigante, servido con un guiso picante llamado agua de oro.

Desmenuzamos el pan con las manos y lo mojamos en la salsa: ¡un desastre!

En Marruecos, la tajín Me llamó mucho la atención: carne cocinada con ciruelas y especias, todo en una olla de barro que hace que el sabor sea aún más especial.

Y también está el lado más atrevido.

En Sudáfrica probé mopane, larvas secas que parecen un bocadillo crujiente.

Al principio no me gustó, pero sabe a maní y está lleno de proteínas, ¿sabes? Estos platos me mostraron cómo la comida en África es pura creatividad, nacida de la vida real, de lo que la tierra ofrece.

Latinoamérica: Pasión en cada cucharada

Ahora, vayamos más cerca de casa, a Latinoamérica, donde sabores exóticos de todo el mundo se condimentan con pura emoción.

En México, la poblano suave Me dejó sin palabras: una salsa de chocolate negro con pimienta, cubriendo un pollo jugoso.

¡Es dulce, es picante, es todo junto! En Perú, la ceviche Fresco, con pescado crudo y limón, me hizo sentir el mar en la boca: simple, pero potente.

En Colombia no pude resistirme y probé el hormigas grandes.

¡Sí, hormigas gigantes tostadas! El sabor es terroso, casi como la castaña, y me encantó la textura.

Aquí en Brasil, la tacaca Del Amazonas tuvimos una de las mejores sorpresas: ese caldo amarillo con jambu que hace temblar la lengua.

América Latina es así, llena de vida e historias que contar en cada bocado.

Europa: Lo exótico escondido en la tradición

¿Alguna vez has pensado en Europa como un lugar exótico? Yo tampoco, hasta que probé algunas cosas allí.

En Islandia me enfrenté a la hakarl, un tiburón fermentado que apesta muchísimo. ¡En serio, es de punk abrir el frasco! Pero después del shock, el sabor es interesante, un poco almendrado.

En España, la tú entiendes Me conquistó: estos extraños crustáceos tienen un sabor a mar que hace que valga la pena el esfuerzo de pescarlos en las rocas.

¿Qué pasa con Suecia? EL Surströmming, un pescado fermentado, es tan fuerte que sólo lo abren al aire libre.

Me reí mucho intentando comer sin hacer muecas. Europa me mostró que incluso los lugares más “correctos” guardan sorpresas para aquellos dispuestos a salir de los caminos trillados.

Oceanía: Donde la naturaleza es la chef

Por último, pero no por ello menos importante, Oceanía me llevó a sabores que parecen sacados de una película.

En Australia comí comida de brujas, una larva gorda que los aborígenes asan a la parrilla. Es jugoso, tiene sabor a nuez y me encantó el toque de las raíces.

En Nueva Zelanda, la hangi Me dio en el estómago: carne y patatas cocinadas en un horno de suelo, con un toque ahumado que es puro confort.

En Fiji, la kokoda Me refresqué con pescado marinado en coco y limón: una versión tropical del ceviche que podría comer todos los días.

Oceanía es sencilla pero llena de alma, y cada plato me hacía sentir más cerca de la tierra y el mar.

Cómo disfrutar de sabores exóticos

¿Quieres vivir esto en tu próximo viaje?

Entonces, escribo algunos consejos que aprendí en la práctica. Primero, investiga de antemano: saber lo que vas a probar te ayudará a elegir el lugar correcto y evitar decepciones.

Luego, pregúntele a la gente local: nadie conoce la verdadera comida como ellos. Y, mira, ve con el corazón abierto. No todo será amor a primera vista, pero la diversión está en intentarlo.

¡Ah, y no te olvides de anotarlo todo en tu blog! Siempre llevo un cuaderno para describir los sabores, las caras que hice y las historias que escuché. A tus lectores les encantará esta conexión.

Un viaje que nunca termina

Sabores exóticos alrededor del mundo es el tipo de cosa que me recuerda por qué me encanta viajar.

Ya sea que me enfrente a un tiburón apestoso en Islandia o disfrute de una sopa amazónica, cada plato es una puerta a otro lugar, a otra vida.

Así que en tu próxima aventura, abandona lo básico y sumérgete en estos sabores. Estoy seguro de que volverás con muchas historias.