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Cuando pienso en París, inmediatamente pienso en esa atmósfera de película: cafés al aire libre, la Torre Eiffel brillando por la noche, el olor de croissants recién hechos.

Pero, confieso, también me he preguntado: “¿Es posible disfrutar de todo esto sin gastar una fortuna?”. La respuesta es rotunda. ! Viajar a París con un presupuesto limitado No sólo es posible, sino que puede ser una de las aventuras más placenteras de la vida.

En primer lugar, con un poco de planificación, algunos consejos inteligentes y un corazón abierto, descubrirás que la capital francesa tiene mucho que ofrecer sin tener que vaciar tu billetera.

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Así que en este itinerario de 4 días, voy a compartir cómo disfruté París con un presupuesto limitado, con ideas que combinan tours gratuitos, comida barata y momentos que hicieron brillar mis ojos.

Es una invitación para que te lances a esta increíble ciudad, con la mochila a la espalda y sin miedo a explorar. ¿Vamos juntos? Toma nota de los consejos, prepara tus zapatillas y ¡manos a la obra! París con un presupuesto limitado!

¿Por qué París no tiene por qué ser caro?

Antes de sumergirnos en el itinerario, déjame contarte un secreto: París no es sólo para aquellos con bolsillos profundos.

Claro, la ciudad tiene sus restaurantes de lujo y sus hoteles de telenovela, pero también está llena de pequeños rincones asequibles que son puro encanto.

Los museos abren sus puertas gratis en días especiales, los parques son perfectos para pasar un día de relax sin gastar nada y el metro te lleva a cualquier lugar por un precio justo. ¿El mejor? El alma de París está en las cosas sencillas: un paseo por el Sena, una barra de pan caliente comprada en la panadería, una puesta de sol que parece pintada a mano.

Con un poco de organización y ganas de explorar, verás que París con un presupuesto limitado Es más que posible: es una forma de conectarte con la ciudad como si fueras un residente.

Así que, ¡ven conmigo a descubrir cómo aprovechar al máximo cada día!

Día 1: Llegada y enamoramiento de Montmartre

Mañana: Aterrizaje y búsqueda de un lugar al que llamar propio.

Llegar a París es ese momento que te deja mariposas en el estómago. Si aterrizas en el aeropuerto Charles de Gaulle u Orly, mi consejo es: olvídate de los taxis. Son caros y el transporte público es mucho más económico. EL RER B, un tren que conecta los aeropuertos con el centro, cuesta unos 10-12€ y es súper práctico. Si prefieres el autobús, el RoissyBus (por Charles de Gaulle) o el OrlyBus (de Orly) también son opciones baratas y confiables.

Para ahorrar en desplazamientos por la ciudad, compre el Pase de visita de París. Te da derecho a viajar ilimitadamente en metro, autobús y RER durante 1, 3 o 5 días. Obtuve el pase de 3 días y fue una excelente manera de viajar por París sin tener que preocuparme por los billetes individuales. Es una de las claves para disfrutar París con un presupuesto limitado, porque el transporte público te lleva a prácticamente todos los lugares increíbles.

A la hora de elegir dónde alojarse, París tiene opciones para todos los presupuestos. Me quedé en un albergue llamado Posada de San Cristóbal, que cuenta con camas compartidas por 20-35 € por noche y un ambiente muy relajado.

Otro del que he oído buenos comentarios es Generador París, con una excelente ubicación. Si prefieres algo más privado, el Airbnb tienen habitaciones o apartamentos en barrios como Belleville o Montmartre por precios justos: solo reserve con anticipación para asegurarse de obtener una buena oferta.

Después de dejar mi bolso, tomé un café para llevar (costó 1,50 € en una panadería) y me sentí lista para explorar la ciudad.

Tarde: Montmartre, donde París parece una película

Mi primer destino fue MontmartreY en serio, ¡qué lugar! Es como entrar en una postal, con calles empedradas, artistas dibujando y un ambiente que mezcla nostalgia y bohemia. Subí las escaleras hacia el Basílica del Sagrado Corazón (¡La entrada es gratuita!) y me quedé sin palabras con la vista. Desde allí arriba, París se extiende como una alfombra, con la Torre Eiffel al fondo y un mar de tejados. Me tomé un tiempo para sentarme en los escalones y simplemente disfrutar el momento.

Después me perdí por las callejuelas del barrio. EL Plaza del Tertre Es una plaza llena de artistas que pintan cuadros y retratos; es hermosa, pero los cafés allí son caros. Para el almuerzo, hice lo que cualquier parisino haría: compré un junquillo (1€), un trozo de queso brie (2€) y una manzana (0,50€) en un supermercado Franprix. Llevé todo a los jardines cerca de la basílica e hice un picnic con vistas. Ese es el espíritu de París con un presupuesto limitado:Transforma cosas simples en recuerdos increíbles.

Noche: Una deliciosa cena y el Sena al atardecer.

Cuando el sol empezó a ponerse, bajé a la orilla del Río Sena, empezando con Puente Nuevo. Pasear por allí de noche, con las luces de la ciudad encendidas, es escalofriante. No cuesta nada, pero te sientes como si estuvieras en un sueño. Pasé un tiempo simplemente mirando los pequeños barcos y las parejas paseando, sintiendo esa atmósfera parisina única.

Para cenar fui a Caldo Pigalle, un restaurante clásico que sirve platos franceses como sopa de cebolla y boeuf bourguignon por 10-12 € (el menú incluye entrante y plato principal). La comida es abundante, el ambiente es animado y el precio es perfecto para quienes quieren comer bien sin gastar mucho.

Si quieres algo aún más asequible, las calles de El Marais Hay snacks con deliciosos falafels por 5-7€. Terminé la noche con un helado de pistacho (3€) y un último paseo por el Sena, sintiéndome ya un poco parisina.

Día 2: Sumergiéndonos en la historia y el arte

Mañana: El Louvre, incluso con un presupuesto ajustado

Me desperté temprano el segundo día, emocionado por ver el Museo del Louvre. La entrada cuesta unos 17€, lo que puede resultar un poco caro, pero hay formas de ahorrar dinero.

Descubrí que el Louvre es gratis el primer sábado de mes en horario de tarde (de 18.00 a 21.45 horas) y para menores de 26 años residentes en la Unión Europea. Como no me entraba, compré el billete online con antelación, lo que me ahorró colas y costes extra.

Si no puedes o no quieres venir, no te preocupes. El patio del Louvre, con la Pirámide de Cristal y el Jardín de las Tullerías, justo al lado, son gratuitas y hermosas.

Pasé un largo rato caminando por los senderos del jardín, tomando fotografías y observando a las familias parisinas disfrutando del día. Es el tipo de cosas que hacen París con un presupuesto limitado Tan especial: no necesitas gastar dinero para quedar encantado.

Tarde: Notre-Dame y el encanto de la Île de la Cité

Desde el Louvre, caminé hasta el Catedral de Notre Dame, que está muy cerca. Incluso después del incendio, sigue majestuosa, con esas torres góticas que parecen tocar el cielo. Entrar a la catedral es gratis, pero subir a las torres cuesta unos 8,50€, así que decidí dejarlo para la próxima vez.

En lugar de eso, exploré el Isla de la ciudad, la isla donde comenzó París. Los cuadrados, como el Plaza Dauphine, y los jardines ocultos son tan encantadores que te olvidas del mundo exterior.

Para el almuerzo compré un crepe de queso En un puesto por 4€: ¡calentito, derretido y delicioso! Otra opción es coger un bocadillo en una panadería (unos 5€) y comerlo sentado en un banco junto al Sena. Con la vista de la catedral al fondo, cualquier comida se convierte en un momento inolvidable.

Noche: El ambiente del Barrio Latino

Por la noche fui a la Barrio Latino, un barrio que late con energía. Las calles están llenas de librerías, bares y estudiantes, y el ambiente es súper acogedor. Entré en el Shakespeare y compañía, una librería histórica que es casi una atracción turística.

Cogí un café para llevar (1,50€) y hojeé libros, imaginando a los escritores famosos que habían estado allí.

Para cenar encontré una pequeña pizzería con porciones por 3,50€, perfecto para ahorrar dinero. Si quieres algo más típico, los bistrós de la zona ofrecen menús diarios por 10-12 €.

Después caminé por las calles iluminadas, observando a los artistas callejeros y sintiendo el alma bohemia de París. Es el tipo de noche que no cuesta casi nada, pero se queda en tu corazón.

Día 3: Arte, parques y sorpresas en París

Mañana: Museo de Orsay y una inmersión en el impresionismo

El tercer día visité el Museo de Orsay, que tiene una increíble colección de pinturas impresionistas. La entrada cuesta unos 14 €, pero es gratuita para los menores de 26 años de la UE y en determinados días del mes (merece la pena consultar la página web).

Ver las obras de Monet y Van Gogh de cerca fue uno de los momentos más destacados del viaje. El edificio del museo, una antigua estación de tren, también es digno de contemplar.

Luego caminé por el Sena hasta el Pasarela Léopold-Sédar-Senghor, un puente peatonal con una hermosa vista.

Me detuve allí unos minutos, tomando fotos y sintiendo la brisa del río. Estos momentos simples son los que hacen París con un presupuesto limitado Tan mágico.

Tarde: Relájese en los Jardines de Luxemburgo

Después de tanto arte, quería un momento de calma, así que fui a la Jardines de Luxemburgo. Este parque es un oasis, con fuentes, esculturas y sillas repartidas por todos lados donde podrás sentarte y relajarte.

Compré un sándwich de jamón y queso (4€) en un supermercado Monoprix e hice un picnic en el césped.

Me quedé allí mirando a los niños jugando con barquitos en el lago y a las parejas paseando, y me di cuenta de que no necesitaba nada más para ser feliz.

Ese es el secreto de París con un presupuesto limitado:Encontrar alegría en las pequeñas cosas, como una tarde en un jardín que parece sacado de un cuento de hadas.

Noche: Cultura sin gastar mucho

Por la noche busqué eventos culturales baratos. Descubrí que lugares como Casa de la Poesía Ofrecen lecturas y espectáculos que son gratuitos o tienen entradas simbólicas (unos 5€).

Otra idea genial es ir a un concierto en una iglesia, como San Sulpicio, donde pagas una pequeña donación o nada en absoluto.

Terminé volviendo al Sena para un último paseo, viendo toda la ciudad iluminada. No gasté ni un centavo, pero me fui con el corazón lleno.

Día 4: Despedida de París con broche de oro

Mañana: Torre Eiffel y un picnic clásico.

El último día no pude faltar Torre Eiffel. Subir a la cima cuesta entre 11 y 28 €, pero como el presupuesto era ajustado, me quedé en Campo de Marte, el jardín delante de la torre. La vista desde allí es tan bonita que no me perdí el subir. Llegué temprano, tomé mil fotos y disfruté del ambiente.

Para el almuerzo tuve un picnic épico. Compré pan, queso, paté y una botella de zumo en Monoprix (todo por unos 8€ para dos personas) y me senté en el césped con la torre al fondo. Fue uno de esos momentos que sabes que recordarás por siempre.

Tarde: Campos Elíseos y Arco de Triunfo

Luego caminé a través de Avenida de los Campos Elíseos, que es puro movimiento. La avenida conduce a la Arco del Triunfo, y sólo estar allí, viendo el monumento y el tráfico loco, ya es una experiencia. Subir al arco cuesta 13€, pero la vista desde la base es gratuita y súper chula.

Me tomé la clásica foto en medio de la avenida (¡con cuidado!) y caminé mirando los escaparates de las tiendas elegantes —solo mirando, porque el presupuesto era París con un presupuesto limitado!

Noche: Una despedida poética

Pero para terminar el viaje, quería algo especial. Como me sobró algo de dinero, hice un paseo en barco por el Sena con el Bateaux Mouches (10€, reserva online). Ver la Torre Eiffel, Notre Dame y los puentes iluminados desde el agua fue mágico.

Pero, si tienes el bolsillo ajustado, mi consejo es que vayas a Puente de las Artes o a Isla de San Luis para la puesta de sol. Compré un vino barato (4€) en un supermercado y brindé por el viaje, viendo como el cielo se volvía naranja. Fue la manera perfecta de despedirnos de París.

Consejos inteligentes para disfrutar París con un presupuesto limitado

  1. mercados callejeros:O Mercado de la Bastilla y el Mercado de Aligre Tienen fruta fresca, queso y pan a muy buenos precios. Un picnic con estas delicias es más barato que cualquier restaurante.
  2. Agua gratis:Tome una botella reutilizable y llénela en Fuentes Wallace, fuentes de agua potable repartidas por toda la ciudad.
  3. Recorridos a pie gratuitos:Empresas como Sandeman's oferta recorridos a pie gratuitos. Si quieres, dejas propina al final y aprendes mucho sobre París.
  4. Wi-Fi liberado:Los parques, bibliotecas e incluso algunos cafés tienen Internet gratuito. Úsalo para planificar tus días sin utilizar datos.
  5. Aplicaciones que ahorran:O Mapeador de ciudades te ayuda a navegar por el metro y el Demasiado bueno para irse vende sobras de panadería a precios bajos.
  6. Evite los cafés para turistas:Evite lugares muy famosos, como la Place du Tertre. Los bistros en calles menos concurridas tienen precios mucho mejores.

Conclusión: París es para todos

Viajar a París con un presupuesto limitado no sólo es posible: es una forma de vivir la ciudad aún más intensamente.

Cada picnic, cada paseo, cada pequeño rincón descubierto sin gastar mucho me hacía sentir más cerca del verdadero París. Este itinerario de 4 días es una prueba de que la Ciudad de las Luces brilla para cualquier presupuesto, siempre que tengas curiosidad y un par de zapatillas cómodas.

Así que ten en cuenta estos consejos, haz las maletas y ponte en marcha. Así pues, París está dispuesto a encantarte con sus sencillos encantos y su infinita belleza. ¡Buen viaje!